Recuerdo: Imagen
del pasado que se tiene en la memoria. Una palabra simple y a la vez compleja,
pues cobra fuerza y significado según nuestros propios sentimientos hacia ella:
felicidad, tristeza, ira, miedo.... Porque a fin de cuentas, todos sin excepción
poseemos recuerdos, y depende de nosotros y solo de nosotros, decidir cuáles de
ellos queremos mantener, porque, ¿Quién decide la fuerza de nuestros recuerdos?
Creo que la respuesta es más que obvia…Nosotros.
Todos,
guardamos al menos un recuerdo en nuestra memoria por distintos motivos: porque
nos recuerdan a alguien especial, para
intentar no cometer el mismo error, para recordar…. Y es este último, el que te
recuerda el porqué de tus acciones y decisiones, el que para mí es el más
poderoso, pues es el que a la larga, puede llegar a cambiarte la vida, y el mío
comenzó así…
-Irene cariño despierta – Mi madre intentaba despertarme,
mientras entraba en mi habitación levantando la persiana- Irene hija, vamos a llegar tarde al
aeropuerto, y ya sabes cómo es tu padre con el tema de la puntualidad.
-Déjame un poquito más, te prometo que luego lo hago todo como
una bala…-dije medio dormida intentando volver a dormirme.
-Vamos levántate, ya tienes el desayuno preparado en la cocina
y tu padre ha ido a por el coche para meter las maletas, y como llegue y te vea
en la cama, le da un ataque- dijo mi madre arrancándome de mi sueño y
quitándome las sabanas.
-Uff….está bien ya voy ya voy- gruñí al tiempo que me levantaba
de la cama y me dirigía para la cocina.
Al llegar a
la cocina, tal y como mi madre me había dicho, encima de la mesa me esperaba
una taza con té, dios bendiga a su inventor, y dos tostadas untadas con
mantequilla y mermelada; si mi madre sabia como ser un amor cuando quería,
sorprendente ¿verdad?. Me senté en la mesa disfrutando de mi desayuno favorito
y pensando en lo que me deparaba el día de hoy, un día que llevaba esperando
durante mucho tiempo, por fin, iría a una de las ciudades de mis sueños,
Londres. No os podéis imaginar la de veces que había imaginado que iba allí, y
paseaba por St.James Park, visitaba el Big Ben, el Buckingham Palace, la torre
de Londres, Primrose….
-¡Irene, venga que tu padre ya está bajo y tu aun estas sin
arreglar, vamos muévete! – Me saco mi madre de mis pensamientos.
- Si perdona, ya sabes como soy por las mañanas y para variar
me he vuelto a meter en mi mundo – dije corriendo hasta mi habitación e
intentando ponerme la ropa de dos en dos.
-¿Estáis listas? – Pregunto mi padre, abriendo la puerta de
casa, justo cuando yo terminaba de ponerme los zapatos y coger la maleta.
- Cariño, creo que vas a tener que esperar un poco, tu hija es
más len…-Empezó a decir mi madre.
- ¡ESTOY LISTA! – Grité al tiempo que salía de la habitación
apresuradamente encaminándome hacia la puerta.
- Vaya, sí que sabes ser rápida cuando quieres- Bromeo mi
madre.
- Anda vamos, que al final perdemos el vuelo que como ya
sabéis…
- Allí no espera nadie- contestamos mi madre y yo riéndonos-
Papa, ya lo sabemos, ya te encargas tú de recordárnoslo siempre.
- Y ¿Por qué será que siempre lo hago? Estoy apañado con
vosotras, sois un par de tardonas – dijo mi padre entre risas ganándose una
mirada matadora de mi madre- Y si lo siento cariño, pero las dos lo sois.
Salimos de casa, asegurando de haber apagado todas las luces
y cerrado bien la puerta principal y nos pusimos camino al aeropuerto. Una vez
allí el mismo procedimiento de siempre, facturar maletas, enseñar los billetes,
pasar el control y esperar hasta embarcar.
-¡Por fin! pensaba que nunca íbamos a entrar – Dije dejándome
caer sobre mi asiento al lado de la ventanilla, el cual le había robado a mi
padre.
-De verdad hija que eres de lo que no hay- me contesto mi padre-
estamos de vacaciones disfruta.
-Sisi lo que tú digas pero yo necesito dos horas más de sueño
así que ¡Bona nit!- dije riéndome y acomodándome contra la ventanilla
quedándome a los pocos minutos dormida.
-Irene despierta ya hemos lle…
-¿YA HEMOS LLEGADO? VENGA A QUE ESPERÁIS SALGAMOS DE ESTE
AVIÓN- después de esas horas extra de sueño conseguí volver a ser persona y
tener emociones.
El
trayecto desde el aeropuerto a nuestro hotel se me hizo eterno, lo único que
quería era dejar las cosas en el hotel y empezar a ver esa ciudad que tanto me
había enamorado, desde que la vi por primera vez en la televisión. Una vez nos
instalamos, decidimos salir a dar una vuelta por los alrededores del hotel en
busca de un lugar donde comer y después comenzó nuestro día de turismo, y tal y
como había imaginado esa mañana vimos esos sitios tan soñados por mí. El tiempo
iba más rápido de lo normal, ya dicen que cuando mejor te lo pasas más rápido
vuela el tiempo, y cuando me quise dar cuenta ya estábamos de vuelta en el
hotel y en nuestra habitación.
-Uffff estoy muerta – dije dejándome caer sobre la cama – ha sido
un día increíble pero a la vez agotador.
- Ni que lo digas hija, y tu madre ya se ha encargado de que
tengamos un buen olor de pies el primer día, ¿tú ves normal hacernos andar
desde Notting Hill, hasta Picadilly ida y vuelta? Por el amor de Dios – Dijo mi
padre con su típico tono de humor, pero no por ello menos cierto.
- Ya sabéis lo que pienso, pateando las ciudades es como
realmente se conocen, así que es lo que hay – Le respondió mi madre riéndose.
Todos
nos tumbamos en nuestras respectivas camas con la esperanza de descansar y
relajarnos un poco antes de irnos a dormir pues aún era pronto para ello. Mis
padres decidieron meterse en su mundo de la lectura, no es que no me guste la
literatura de hecho me apasiona pero sabía que me iba a quedar durmiendo nada más
empezar, así que decidí enchufar la televisión y ver si había algo interesante.
Tras
unos cuantos minutos de zapping di con un programa que me llamó la atención
pero del cual no había oído hablar nunca, The X Factor. Enseguida me enganche al
programa viendo el gran talento que tenían algunos de los participantes, pero
hubo uno en especial que me llamo la atención, un chico de unos 14 años, alto,
delgado, de pelo castaño y ojos marrones, y con un acento y una rapidez al
hablar que al principio creí que sería imposible entenderlo y eso que por aquel
entonces mi ingles era bastante bueno. Sí, no era nada del otro mundo pero me
algo me decía que ese chico era especial, su nombre… Liam Payne.
-Hola – Dijo al tiempo que entraba en la sala donde le esperaban
los jueces.
-Hola, ¿Cómo te llamas?- Uno de los jueces, Louis, le preguntó-
-Liam.
-Y… ¿Cuántos años tienes? – Pregunto otra vez.
-Catorce- Solo era un
año más que yo, lo que me resulto más que interesante.
-Y ¿Por qué estás aquí?
-Estoy aquí para ganar, me gusta que la gente diga que soy un
buen cantante, que tengo el x factor, pero realmente no sé qué es el x factor, así
que creo que vosotros sí que lo sabréis.
-Y Liam, ¿Qué vas a cantar?
-Fly Me To the
Moon by Frank Sinatra.
-Buena canción, a Simon le encanta el Swing- Simon era otro de
los jueces.
Y en ese
momento el empezó a cantar, muchos podrían decir que era el típico chico
rarito, que mostraba pocas emociones al cantar,
y que no llamaría la atención, pero para mí era sorprende como un chico
de 14 años podía tener una voz tan increíble como la de él, como a pesar de no
cantar un estilo muy comercial y apenas moverse, seguía manteniendo
esa chispa de pasión y como sus intentos de descarado no quedaban más que en
acciones tiernas e inocentes, pero que en cierto modo conquistaban un pedacito
de ti, era difícil no quererlo.
Al acabar,
todas las reacciones y comentarios no fueron más que positivos consiguiendo así
los tres votos de los jueces, lo cual me hizo soltar un pequeño ¡TOMA YA! Que
hizo que mis padres levantaran la vista y se rieran negando con la cabeza, para
variar pensarían que estaba un poco loca, pero que le vamos a hacer, realmente
me alegre mucho de que pasara. Una vez acabó el programa, el sueño me venció y me
quede durmiendo.
Los demás
días en Londres transcurrieron a la velocidad del rayo, y cada segundo que
pasaba yo me enamoraba más de aquella ciudad, una ciudad donde nadie era
juzgado por como vestía, donde había miles de estilos en solo un m2,
donde a cada paso que dabas había música llenando cada rincón, donde se podían
distintas culturas, religiones, edificios…. Londres estaba lleno de vida por
donde miraras, y eso fue una de las cosas que me hizo decidir que aquella no
sería la última vez que pisaría sus calles, o hablaría con sus gentes, cuya
manera de ser y lengua me habían cautivado tanto.
De esto hace
ya seis años, seis años desde que realmente me di cuenta de a dónde pertenecía,
de cuál sería mi hogar en un futuro, lo que no esperaba, y ni tan siquiera
imagine, es que lo viviría con unas chicas con mis mismos sueños, con las
mismas ganas de exprimir esa ciudad que yo tenía, y por supuesto jamás imagine,
que aquel chico, que tanta curiosidad despertó en mí, sería una de las personas
con las que compartiría esta aventura; pues de una cosa estuve segura en aquel
momento y es de que triunfaría por todo lo alto, su propia seguridad, tenacidad
y confianza lo llevarían al éxito, pero nunca pensé que yo, sería parte de su
camino, de su vida.
Nunca he creído
que las cosas estén predestinadas a ocurrir, pero quizá vaya siendo hora de
hacerlo, pues como sino explicarías todo esto, yo solo tengo una palabra para
hacerlo… DESTINO….No sé qué es lo que me tendrá deparado en un futuro, pero una
cosa tengo clara, y es que pienso exprimir cada instante, cada segundo junto a
todas ellas, junto a él…pues dicen que solo el destino sabe que nos tiene
deparado, y que lo único que nosotros podemos hacer es esperar a que ocurra y
llené nuestros recuerdos, pues bien creo que es momento de cambiar eso; el
destino podrá tenerme deparadas muchas cosas pero yo decidiré cuales se
cumplirán, cuales… pasaran a ser parte de mis RECUERDOS.